Halloween, las brujas sobrevuelan Villa Allende

Halloween: de la tradición Celta a las calles de Villa Allende

Hasta hace algunos años, Halloween era una saga de películas donde la encarnación del mal, Michael Myers, perseguía hasta el cansancio Laurie Strode (Jamie Lee Curtis). La serie de películas, iniciada por el director John Carpenter atrajo tanto público que la franquicia se dio el lujo de producir 13 films.

La “Noche de Brujas” como también se conoce a la celebración de Halloween tiene su origen muy lejos de Estados Unidos, país donde este acontecimiento alcanza niveles de delirio.

Fueron los Celtas los que nos legaron esta fiesta pagana que, hoy, permite vender toneladas de dulces, disfraces y un sinfín de artículos para decorar viviendas y escaparates de los negocios.

El 31 de octubre, los celtas tenían una fiesta llamada Samhain que marcaba el final de la cosecha y el comienzo del inverno en el hemisferio norte. Cuando el Imperio Romano invade las tierras del norte europeo adopta esta festividad que, con el tiempo, impactará sobre el cristianismo.

La iglesia católica, para evitar que una fiesta pagana se apoderara de las nobles almas, estableció el 1 de noviembre como el día de “Todos los Santos”.

Las brujas ponen el GPS rumbo a Estados Unidos

Fueron los inmigrantes irlandeses quienes llevaron la “Noche de Brujas” a Estados Unidos a finales del siglo XIX. Al comienzo, solo algunos reductos de pobladores provenientes de Irlanda celebraban Halloween. Pero, con el transcurso de los años, las ciudades que crecían sin parar se fueron apropiando del convite.

Y como no podía ser de otra manera, el país que comenzaba a dominar el comercio mundial vio una oportunidad. Halloween pasó a ser una fiesta muy popular con un gran comercio alrededor y muchos niños excitados por el exceso de azúcares refinadas.

Con el paso de los años y mientras John Carpenter seguía facturando con su saga de películas, nos dimos cuenta de que nosotros también queríamos divertirnos como ellos. Y, por supuesto, vender como ellos. Así empezamos a popularizar la Noche de Brujas en Argentina.

En Villa Allende, el próximo jueves, veremos centenares de niñas y niños, la mayoría disfrazados de Scream (todavía nos falta un poquitín más de originalidad). Sorprenderán a comercios y vecinos que aún no se acostumbran a contar con un suculento stock de dulces y golosinas…algunos, todavía venimos a la retaguardia en materia de celebraciones.

Tampoco veremos en los pórticos de las casas esas calabazas de un anaranjado furioso, talladas y con velas adentro. Sencillamente porque las verdulerías de esta parte del mundo no las venden.

¿Y si adoptamos a México?

Un día después de la Noche de Brujas, en México se celebra el Día de Los Muertos. Ese día, los cementerios, hogares y calles se visten de fiesta. Velas, flores de campasúchil, música y mucha comida rodean a esta festividad que se remonta a las tradiciones anteriores a la conquista europea.

Dice la tradición que ese día, los parientes muertos regresan para compartir la celebración con sus familias. Unos días antes, el 27 de octubre, son las mascotas las que regresan para señalar el camino de los difuntos y acompañarlos en el retorno.

Las calaveras de azúcar y el pan de muerto no pueden faltar a la fiesta. Junto a estos emblemas, la figura de La Catrina, creada por el artista José Guadalupe Posada y popularizada por el muralista Diego Rivera, dominan el simbolismo de esta fiesta.

Las barriadas se llenan de aromas, sabores y música. Una hermosa manera de comprender la muerte como una continuidad de la vida. Muy lejos de los hectolitros de sangre y tripas desparramadas en la peli Halloween

Del otro lado ¿Quién no se emocionó hasta las lágrimas con Coco?

Creo que en esto de festejar…prefiero a los mexicanos.

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