La situación de las paritarias en el municipio de Villa Allende parece cada vez más lejos de encontrar solución. Esta mañana, lo que venía siendo una negociación trabada se convirtió directamente en un conflicto abierto, con un paro por 24 horas y manifestaciones de los empleados frente al edificio municipal.

Aunque no es ningún secreto que desde el fallecimiento del ex intendente Eduardo Romero, la relación del sindicato con el Ejecutivo encabezado por Teresa de Vélez ha sido tensa, en esta ocasión parecía que el acuerdo no estaba tan lejano: el salario se ajustaría bimestralmente por inflación acumulada, con lo cual, en marzo, los empleados cobrarían un 13% más, correspondiente a la inflación de enero y febrero.

Sin embargo, al momento de firmar el acuerdo el jueves pasado, se conoció la decisión del Ejecutivo de no renovar contrato a dos empleadas (monotributistas), con la posibilidad abierta de que se tomara la misma resolución con otros trabajadores.

Para el sindicato, la noticia fue la gota que colmó el vaso de los reiterados reclamos por precarización laboral en el ámbito municipal. Por este motivo, esta mañana la asamblea de trabajadores decidió pedir el reintegro de las trabajadoras despedidas y el ajuste mensual de los salarios acorde a la inflación.

Ante la negativa del Ejecutivo, se resolvió convocar a un paro inmediato por 24 horas. “Yo soy consciente de que las medidas de acción directa afectan al vecino, por eso no quiero llegar a ese punto, pero no nos dejan herramientas para negociar”, señaló Raúl Villane, secretario general del gremio.

Por su parte, el secretario de gobierno, Felipe Crespo, acusó al sindicato de querer “ensuciar la paritaria”, alegando que no se trata de despidos, sino vencimientos de contratos, y que la negociación “no debería tocar esos temas”.

“El viernes a la tarde vinieron y patearon el tablero diciendo que estábamos echando gente, vinieron a la ruptura. Desde el Ejecutivo estamos haciendo el máximo esfuerzo para alcanzar un acuerdo en la medida en que los recursos nos lo permitan”, señaló Crespo.

Mientras tanto, el sindicato denuncia maltrato y “aprietes” por parte de la gestión. “La variable de ajuste siempre es el empleado”, dijo Villane y añadió que “hay gastos que no se cuestionan”, como “la adhesión al Ente Metropolitano, al cual se le pagaron 33 millones de pesos desde octubre”, cuando hay trabajadores que cobran 300 pesos la hora extra. “Un alfajor”, resumió el dirigente sindical.

En el medio, la mañana dejó diversas postales del conflicto, desde Teresa de Vélez intentando sacar las gomas que los trabajadores habían encendido para cortar la calle, hasta Raúl Villane siendo trasladado al hospital, tras ser agredido por un ex empleado, que finalmente fue detenido.

Mañana a primera hora, los empleados volverán a reunirse en asamblea. Mientras tanto, aunque la distancia entre las partes ha crecido notablemente, los vecinos de la Villa aguardan con esperanza que trabajadores y Ejecutivo puedan encontrar un acuerdo que restablezca la normalidad en el municipio.

Entrevistas: Móvil paro municipal – Raúl Villane en estudios – Felipe Crespo