Abuso sexual en Villa Allende: la opinión de la psicóloga María Elena Berger

La denuncia de un caso de abuso sexual en el nivel primario del Instituto Milenio de Villa Allende conmocionó a toda la sociedad no sólo de la ciudad sino a la sociedad en general. Una vez conocida la naturaleza del hecho, radio Nexo buscó a la Licenciada en Psicología María Elena Berger y ella trató de buscarle explicación a los por qué de este hecho triste y lamentable.

En el final de la nota en Anexados se refirió al hecho en sí diciendo: "Es repudiable y lamentable lo que sucedió en la escuela. Las autoridades ya sabían que esto estaba sucediendo y ahí no hay excusas que valgan, los chicos no mienten, a los chicos hay que escucharlos. Más vale prevenir y equivocarse a que pasen estas cosas, que las cosas pasen a mayores".

Intentando encontrarle alguna explicación, la profesional señaló: "Si te tengo que decir, es algo que cualquiera con sentido común lo podrá entender y ver de la misma manera. Hay un exceso de acceso a las redes sociales, a las tecnologías. El abuso también, los chicos lo que necesitan son límites y con la vorágine del día a día los padres hacen lo que pueden y es muy difícil poner un límite a eso que está tan libre".

En el caso puntual del hecho sucedido en Villa Allende, opinó: "Al haber sido una atrocidad, al haber sido en conjunto y al haber sido tan de persona adulta lo que hicieron los chicos, uno no se imagina que un chico tiene ese nivel de forma de accionar. Un bullyng lo podemos entender y tienen que ver con lo que ven en las casas".

Intentando encontrar los motivos para actuar de esa manera en grupo, la psicóloga fue clara: "Nos referimos a lo de las tecnologías como una posibilidad. No sabemos muy bien cuál es la causa en sí misma. En ambos casos (el asesinato de Joaquín Sperani en Laboulaye y en este en Villa Allende) se han ido avisando a los docentes, a las autoridades, a los directivos y ahí cae la responsabilidad más grande: en la prevención".

Tratando de profundizar en el tema, Berger opinó: "Son chicos y están en formación, están en proceso de ser personas y ahí los adultos tenemos que hacer el mea culpa, tenemos mucha responsabilidad. Hay que repensar como adultos qué sociedad estamos dejándole a los chicos, transformándolos en futuros adultos que esas cosas empiezan a ser normales y que se ven".

Hablando de límites

La psicóloga repitió lo que muchas veces se promueve que es saber ponerles límites a las personas que están transcurriendo la infancia y la adolescencia. Los estímulos de las tecnologías y las redes sociales son un desafío para madres y padres a la hora de intentar poner límites.

"Los papás y las mamás están cansados y no hay nada más fácil que dejarle ver redes y ahí viene el esfuerzo por si queremos una sociedad un poco más sana, pensando en que sano es no violento. Y se propone restricción al acceso a las tecnologías, horarios, explicarles qué es para chicos y qué es para grandes. Y generar espacios de diálogo en las escuelas como segundo lugar de formación de la individualidad y de la sociedad", añadió.

Seguidamente hizo una aclaración: "Estamos hablando de chicos abusando de un chico con una discapacidad. Entonces hay una sensación de poder sobre una persona con capacidades distintas. Habla también de que hay falta de empatía, imposibilidad de hablar. Obviamente no podemos tratarlos de culpables de una situación sino que todos son víctimas de cómo se dan las cosas. En este caso no podemos encontrar víctimas y victimarios tan fácilmente".

En la nota extensa se abarcaron temas como la falta de empatía, la violencia reinante en la sociedad y la falta de diálogo y espacios para lograrlo en las familias y en la escuela. "Tenemos como sociedad una naturalización de la violencia. Y hay una realidad que es que estamos cansados. Cuesta llegar a fin de mes, eso genera malestar y hay que verlo a gran escala. No es un chico que causa violencia. Se ve en el trabajo, en la calle. Se está trabajando para erradicar la violencia en los ámbitos de trabajo. ¿Cómo se llega? Teniendo una autoconciencia de uno mismo y teniendo conciencia del otro. Si no tenés la conciencia de que hay un otro al lado tuyo, estamos al horno", definió la psicóloga.

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