Cuando Mauro Monjes conoció a Noelia Machuca, en 2005, supo al instante que algo muy fuerte los uniría, pero nunca pensó que esa unión terminaría salvando su vida.

Doce años de amistad transcurrieron desde ese primer encuentro en el trabajo, donde, a pesar del interés de Mauro, Noelia no parecía encontrarse en la misma sintonía. Tras rechazar varias invitaciones, finalmente aceptó una primera cita. “Me dijo que íbamos a tomar algo, pero terminamos en el baile de Ulises”, recordó Noelia entre risas.

Desde ese día de 2017, nunca más se separaron. “Yo siempre supe que ella tenía que estar en mi vida y el broche de oro fue el nacimiento de nuestra hija en 2019”, afirmó Mauro.

Todo marchaba bien, hasta enero de este año, cuando Mauro empezó a notar una serie de malestares en su cuerpo. “Sentía un gusto metálico, estaba anémico, me dormía sentado, algo me estaba pasando. Hasta que un día me fui a la doctora”, contó el vecino de Villa Allende.

Los estudios rápidamente arrojaron un diagnóstico: insuficiencia renal. A los cinco días, Mauro empezaba a hacer diálisis. “El estado era grave, si hubiera dejado pasar más tiempo, no la contaba”, afirmó.

“Yo lo único que pensaba era que quería ver crecer a mi hija. Era muy grande el miedo a morir”, confesó Mauro. Sin embargo, Noelia inmediatamente decidió donarle un riñón a su pareja. “Nunca lo dudé, nunca tuve miedo, creo mucho en el destino”, afirmó ella.

Tras meses de diálisis, que ayudaron mucho a Mauro a mejorar su calidad de vida, llegó la instancia de la cirugía, en octubre. “Los médicos no podían creer el grado de compatibilidad que teníamos, no siendo familiares de sangre. Aparte el riñón de ella estaba impecable. Me operaron y el órgano empezó a funcionar automáticamente, fue impresionante”, relató Mauro.

Para la pareja de Villa Allende, su historia es un milagro. “Todo esto de que ella se haya cruzado en mi camino, que sea compatible, que su riñón estuviera bien, que mi cuerpo lo haya aceptado. No es algo normal, es una magia”, señaló Mauro.

Como suele suceder, la experiencia deja enseñanzas muy valiosas para la pareja. “Estas situaciones te enseñan mucho. Yo no me cuidaba con la alimentación, ni me hacía chequeos. El cuerpo habla, es importante escucharlo. Un estudio a tiempo te puede salvar la vida y es tan real”, destacó el vecino.

“Te cambia la cabeza, tenemos que disfrutar más la familia, vivir el presente, decirnos las cosas hoy”, añadió Noelia. “Uno tiene una agenda de trabajo tan ajustada, que te lleva a sacarle tiempo a la familia sin darte cuenta lo que te estás perdiendo”, reforzó su pareja.

“Queremos contar una historia que no es simplemente de amor, sino que realmente nos tenemos que cuidar”, concluyó la pareja de Villa Allende, que este fin de año brindará “por la salud, el amor y la unión de la familia”.

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