Desde el comienzo de la pandemia y con la necesidad de volcarse a gestiones online desde las distintas entidades bancarias, como de servicios entre otras, se incrementaron los engaños y delitos a través de internet.

Sandra Cebollero, vecina de Villa Allende fue recientemente víctima de una ciberestafa. “Yo también soy responsable porque cometí un grave error al otorgar mi nombre de usuario”, dijo en diálogo con Anexados.

El pasado lunes, feriado puente, se encontró con un consumo que sumaba compras de 5 mil dólares en total en su cuenta, que no había realizado. Intentó comunicarse con su entidad bancaria pero, según relató, no tuvo respuestas.

Hasta que un supuesto representante se comunica por Instagram y, posteriormente un “representante”. 

“Se comunica de manera sumamente elegante con la formalidad propia de una persona que representa a una empresa y, por la desesperación me lleva por un camino en el que no me doy cuenta y me estafa y, me vacía la cuenta”, narró Sandra. “Me dejaron jugando con la desesperación”, agregó.

“La habilidad que tienen estos estafadores,
es una habilidad que supera la ficción”.

Sin embargo, para la vecina hay un tercer responsable: el Banco. “Tienen una dirección que se llama prevención del fraude y lo que menos hacen es prevenir (…) porque los datos de mi tarjeta los obtienen del banco”, expresó, “para que estos delincuentes de guante blanco puedan acceder a nuestros datos y a nuestras cuentas”.

“Desde que el banco pone estos canales alternativos para que nosotros simplifiquemos nuestra vida, en realidad lo único que hacen es exponernos”.

Escuchá la nota: Entrevista a Sandra Cebollero