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15F: “El hacer memoria es un acto colectivo”

Recordamos la inundación de febrero de 2015 a través del análisis especializado de Joaquín Deon, geógrafo e investigador de Sierras Chicas. A 8 años del hecho que se cobró más de 20 víctimas fatales, ¿qué se ha hecho en nuestra cuenca?

Sierras Chicas 15 de febrero de 2023 Lucía Argüello

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Como todos los años, el 15 de febrero convoca acciones en todo el corredor de Sierras Chicas para recordar la inundación de 2015. Se trata, en palabras de Joaquín Deon, de “hacer memoria y convocar a la transformación social”.

Un trágico hecho que cambió para siempre el paisaje de la región y se cobró la vida de más de 20  personas, porque aunque el discurso oficial habló solo de 8 víctimas fatales, lo cierto es que muchas fallecieron en los meses siguientes por heridas, enfermedades y cuadros depresivos a raíz de la inundación. Y son varios los vecinos que, al día de hoy, no logran conciliar el sueño las noches de lluvia.

A pesar de la gravedad del acontecimiento, para muchos la cosa siguió como si nada. Incluso se alquilaron viviendas en el área inundable, con el pretexto de que “una inundación ocurre cada cien años”. “El primer registro de una inundación importante fue en 1939. De ahí sigue 1974, 1980, 1982, 1995, 2000, 2003, 2008, 2012, 2015, 2016. Eso no son 100 años”, indicó claramente Deon.

Además, el geógrafo compartió un dato preocupante: “155 de las 2200 viviendas que se inundaron en 2015, fueron convertidas en dúplex, housings y microloteos. O sea que donde había 155 casas, hoy hay alrededor de 750 nuevas viviendas que pueden llegar a inundarse”.

A eso se suma el problema de fondo: el progresivo deterioro de las cuencas a raíz del avance inmobiliario, los desmontes y la minería en Sierras Chicas. “En pandemia se quemaron 32 mil hectáreas en la cuenca del Arroyo Saldán y se desmontaron alrededor de 2500. Cuencas desnudas se convierten en toboganes. Cuando llueve, el agua resbala y no se absorbe, no queda en el subsuelo, lo cual significa inundación por un lado y sequía a futuro”, explicó Deon.

A pesar de lo desalentador del panorama, el geógrafo destacó la involucración cada vez más activa de la comunidad en los procesos de ordenamiento territorial y en la gestión de áreas naturales de Sierras Chicas.

“El hacer memoria es un acto colectivo y no se basa en la negación de lo acontecido, sino en el hecho mismo de tratar de transformar la vulnerabilidad en una oportunidad colectiva de salir adelante y de mejorar el espacio donde vivimos”, afirmó.

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